La escritora y abolicionista estadounidense del siglo XIX Harriet Beecher Stowe se mofó en una oportunidad de los mojigatos de Connecticut afirmando que parecerían creer que la misa dominical era una esponja capaz de limpiar todos los pecados de la semana.
La frase podría aplicarse al obispo libertino y hoy presidente de Paraguay Fernando Lugo, quien participó de una celebración católica que coincidió con nuevos escándalos relacionados con su promiscuidad y disipada vida.
Paralelamente un obispo amigo de Lugo, Mario Melanio Medina, Monseñor Mario Melanio Medina admitió públicamente que estampa su firma para que la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) desembolse millones de guaraníes a las organizaciones sociales de la zona, generando una nueva tormenta política. La confesión fue realizada durante la firma de un convenio entre la Contraloría Ciudadana y la EBY para administrar proyectos con fondos de la hidroeléctrica.
Se había publicado a principios de año documentos de desembolsos de dinero con la firma de monseñor Medina, además del nombramiento de su hermano, Pedro Medina, en contrataciones de Yacyretá.
Estos hechos, registrados en el Paraguay del siglo XXI, recuerdan a los oscuros tiempos del medioevo, cuando el papado ofrecía, a cambio de aportaciones económicas, ni más ni menos que el perdón de los pecados. El rechazo hacia aquellas iniquidades, junto con un profundo estudio de los evangelios y epístolas, llevó a Lutero a formular una protesta que se plasmó en sus famosas 95 tesis.
Una tarifa bastante relacionada con Fernando Lugo, donde se tipifica el costo del perdón Papal fue elaborado por el famoso papa León X del 1513-1521, que es el mecenas por excelencia de artistas, literatos, pintores, escultores, arquitectos y demás personajes dedicados a estos menesteres, tenidos por algunos como actividad por excelencia para el desarrollo de las miserias espirituales del hombre y del parasitismo pero que para no pocos es todo lo contrario y reflejo directo de la atrofiada capacidad de la inteligencia y el talento del hombre que se espera un día alcance su desarrollo deseado y se ponga al servicio verdaderamente de la humanidad.
Esta tarifa dice así:
“1. El eclesiástico que incurriere en pecado carnal, ya sea con monjas, ya con primas, sobrinas o ahijadas suyas, ya, en fin, con otra mujer cualquiera, será absuelto, mediante el pago de 67 libras, 12 sueldos.
“2. Si el eclesiástico, además del pecado de fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad, debe pagar 219 libras, 15 sueldos. Mas si sólo hubiese cometido pecado contra natura con niños o con bestias y no con mujer, solamente pagará 131 libras, 15 sueldos.
“3. El sacerdote que desflorase a una virgen, pagará 2 libras, 8 sueldos.
“4. La religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse entregado a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, ya dentro, ya fuera de su convento, pagará 131 libras, 15 sueldos.
“5. Los sacerdotes que quisieran vivir en concubinato con sus parientes, pagarán 76 libras, un sueldo.
“6. Para todo pecado de lujuria cometido por un laico, la absolución costará 27 libras, 1 sueldo; para los incestos se añadirán en conciencia 4 libras.
“7. La mujer adúltera que pida absolución para estar libre de todo proceso y tener amplias dispensas para proseguir sus relaciones ilícitas, pagará al Papa 87 libras, 3 sueldos. En caso igual, el marido pagará igual suma; si hubiesen cometido incestos con sus hijos añadirán en conciencia 6 libras.
“8. La absolución y la seguridad de no ser perseguidos por los crímenes de rapiña, robo o incendio, costará a los culpables 131 libras, 7 sueldos.
“9. La absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en 15 libras, 4 sueldos, 3 dineros.
“10. Si el asesino hubiese dado muerte a dos o más hombres en un mismo día, pagará como si hubiese asesinado a uno solo”.
Las tarifas papales no especifican, sin embargo, las multas para obispos involucrados en feminicidios y secuestros, como el caso de Fernando Lugo, crímenes para los cuales sin dudas las multas alcanzarían cifras exorbitantes.
EL OBISPO COMERCIANTE
El obispo Mario Melanio Medina ha ganado fama desde el advenimiento en el gobierno de Paraguay de su amigo y confidente Fernando Lugo, como el encargado de realizar los “trabajos sucios y los negociados” de Lugo.
Medina se ha convertido en una especie de gobernante de facto de amplias comarcas en el Paraguay, sobre todo las que circundan a su diócesis.
Un diputado denunció a la prensa que Medina cuenta con recomendados en Yacyretá y tiene carta blanca en dicha Bicameral. Reiteró que sostiene que los representantes de la Iglesia hacen un daño terrible a la institución, cuando encubren al Presidente en sus inconductas y con la politización del pulpito.
“Más de una vez les desafié a estos representantes de la Iglesia a que dejen sus votos y se dediquen exclusivamente a la política” afirmò el representante.
Abandonar los asuntos terrenales derivaría en graves pérdidas crematísticas para estos obispos comerciantes, que hoy han tomado por asalto las arcas públicas del Paraguay. Poco importa a estos mercaderes del templo de Jerusalén el enorme desprestigio causado a su propio culto por su nuevo benefactor, el obispo-presidente.
Como lo expresó de manera certera Jacinto Benavente: Perdonar supone siempre un poco de olvido, un poco de desprecio y un mucho de comodidad. LAW
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