jueves, 3 de junio de 2010

FERNANDO LUGO, EL DETERIORO MORAL Y LA INDUSTRIA DEL SEXO

La cosa que mejor hacemos, desearía nuestra vanidad hacerla pasar por la más difícil. Esto puede explicar el origen de muchas morales. Friedrich Nietzsche

Dicen que la moral nace en la mente y muere en la palabra, sobre todo cuando se trata de un cura libertino que si de algo se abstiene, es de predicar con el ejemplo.

La definición de “industria del sexo”, según los especialistas, incluye burdeles o casas de citas, clubes de alterne, ciertos bares, cervecerías, discotecas, cabarets y salones de cóctel, líneas telefónicas eróticas, sexo virtual por Internet, sex shops con cabinas privadas, muchas casas de masaje, de relax, del desarrollo del ‘bienestar físico’ y de sauna, servicios de acompañantes (call girls), unas agencias matrimoniales, muchos hoteles, pensiones y pisos, anuncios comerciales y semi-comerciales en periódicos y revistas y en formas pequeñas para pegar o dejar (como tarjetas), cines y revistas pornográficos, películas y videos en alquiler, restaurantes eróticos, servicios de dominación o sumisión (sadomasoquismo) y prostitución callejera: una proliferación inmensa de posibles maneras de pagar una experiencia sexual o sensual.

Si esto está claro, podemos empezar diciendo que si algún indicador ha mejorado en Paraguay con el advenimiento al poder del obispo Fernando Lugo, puede decirse que se trata de la industria del sexo.
Mientras los indicadores macro-económicos se desploman, el Paraguay va definitivamente camino a convertirse en el paraíso de esta industria dentro del Mercosur. Tanto es así, que en la capital argentina, Buenos Aires, el vocablo “paraguayita” ha pasado a ser sinónimo de joven prostituta.
El destape de la vida amoral del clérigo-presidente, acusaciones de mujeres de haberlas violado y ultrajado, el descubrimiento de su aporte a la densidad demográfica del Paraguay, sin lugar a dudas despertaron la curiosidad en el mundillo del ramo.

Travestis y prostitutas acaparan páginas de medios sensacionalistas ofreciendo sus servicios al Monseñor, con total desparpajo.

“Electra, la popular travesti de Paraguay, actualmente radicada en Argentina, fue entrevistada por Agencia NOVA, y reconoció que le encantaría tener sexo con el presidente Fernando Lugo, aunque no le simpatiza la política que está llevando adelante el obispo católico metido a político” publicó recientemente el sitio web de una revista digital argentina. Ver:

http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2009_9_14&id=11111&id_tiponota=9

“Puede ser una fantasía hecha realidad estar con el Presidente de la República. Cualquier mujer puede querer estar con el Presidente. No es estar con el vecino, es estar con el Presidente de la República” declaró por su parte la conocida Gloria Jara a un medio de la capital paraguaya. Ver:

http://www.cronica.com.py/articulo.php?art=7428

Los espectáculos de shows eróticos, algunos con la participación de conocidas vedettes argentinas importadas desde la reina del Plata, se han vuelto tan frecuentes como los escándalos del obispo con mujeres, prostitutas y travestis.
En las calles, menores indigentes abandonados a su suerte por el gobierno, ofrecen a los automovilistas que se detienen en los semáforos y por una mòdica suma, el placer de disfrutar de un minuto de sexo oral al volante.

La prensa dedicada al sucedáneo de farándula que corresponde a la realidad paraguaya, reveló no hace mucho que la sobrina de Lugo, Mirta Maidan, también se dedica a escandalizaf lugares públicos con su inconducta, acompañada por un procesado por narcotráfico.
Farándula y poder tituló su artículo el diario La Nación de la capital paraguaya, para informarnos que la famiiia del "obispo de los pobres" Fernando Lugo ya coquetea con el narcotráfico. Si alguien lo duda, puede visitar el sitio:

http://www.lanacion.com.py/noticias-252638-2009-06-22.htm

Las demandas previas ante la Justicia y los testimonios de lass ex del obispo, golpearon con dureza al Gobierno de Paraguay en un momento de debilidad política, minando de manera permanente su credibilidad.
Más adelante se supo que el gobierno malgastó siderales sumas de dinero público contratando asesores de imagen extranjeros para paliar el profundo deterioro que sufrió su fisonomía moral, añadiendo más ingredientes de inmoralidad al escándalo.
Ha trascendido que el Vaticano se encuentra profundamente distanciado del actual gobierno paraguayo, al que acusó a través de sus portavoces de haber ocasionado “un profundo dolor a la iglesia”. Se sabe que el Papa Benedicto XVI incluso le negó una audiencia al clérigo-presidente.
Paralelamente, as figuras internacionales cada vez tienen más reservas de aparecer junto a Lugo. Un tiempo atrás, el escritor Eduardo Galeano declinó una invitación para realizar un encuentro de escritores en Asunción, en la explanada de la sede del gobierno. Por la misma época, una universidad de Buenos Aires lo desairó negándose a entregarle un título Doctor Honoris Causa, en ocasión en que distinguió con la mención a Evo Morales.

Más recientemente, el líder revolucionario cubano Fidel Castro rehusó tomarse una fotografía con él, cuando fue visitado en la isla caribeña.

A la deshonra de su iglesia, los daños a la investidura presidencial del Paraguay, y al mismo país al que convirtió en la burla del mundo, se sumaron luego denuncias contra la conducta inmoral de miembros de su cuerpo diplomático, tales como su embajador en Chile Armando Espínola.

¿A cuántos escándalos más tiene derecho Fernando Lugo por haber ganado elecciones? ¿Qué tienen que decir al respecto Emir Sader, Leonardo Boff, Silvio Rodríguez y demás deudos de la comparsa que presentó a este clérigo libertino como impoluto referente moral adscripto a la izquierda latinoamericana?

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